Esta semana tuve la oportunidad de realizar una encuesta acerca de qué
tipo de profesora puedo ser según las escalas de resultados pautadas en la
encuesta. La encuesta se llama Assessment
Learner Centered Practice.
Después de puntuar las 15 preguntas dentro del rango 1-4 (siendo 1 el
más bajo). Tuve que analizar mis resultados dependiendo de la escala a la que
pertenecía cada pregunta. Las escalas son:
Escala 1: creencias
centradas en el alumno, su aprendizaje y la enseñanza.
Escala 2: creencias no
centradas en el en el enfoque centrado en el alumno sobre los alumnos.
Escala 3: creencias no centradas
en el en el enfoque centrado en el alumno sobre el proceso de enseñanza
aprendizaje.
Luego de obtener mis resultados y compararlos con la media, me di
cuenta que mis resultados varían muy poco o son iguales a las medias que ofrece
la encuesta. Logré puntuaciones altas en la Escala 1 y puntuaciones más bajas en las otras dos escalas.
Tengo que decir que mis resultados se vieron influenciados
positivamente en las preguntas acerca de conocer los sentimientos de los
alumnos para que el rendimiento académico sea mejor. En cambio, mis
puntuaciones fueron muy bajas en aquellos ítems que hablan sobre dejar de lado
y admitir que hay alumnos irrecuperables académica y socialmente hablando.
Tengo la firme creencia de que: Uno
nunca sabe que puede pasar y quien menos lo esperas te puede sorprender.
Mi conclusión, por los momentos, siempre es la misma… Un buen profesor
es el que escucha a sus alumnos y, les da la voz y el protagonismo que se
merecen. Al final, el niño es quién aprende y el profesor es el quién guía.
Puede ser un ideal, porque la realidad puede ser muy distinta. Pero
tengo la ilusión de poder adoptar esta medida cuando sea profesora.
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